Pasa el viento entre el bambú
zarandeándolo fuerte o suave,
su tallo cerca del agua que baila
una triste danza, pero aguanta las ventadas.
El cielo enrojece, la luna palidece
y las estrellas titilando
parece que están temblando.
El bambú siente el azote del viento,
se queda estático, quieto, no se retuerce
pero en las aguas el reflejo de su imagen
muestra que su silueta se mueve.
La alegría se desborda al saberte parte de nuestra familia.
ResponderEliminarUn abracito de bienenida estimada María.
Grayce
La frescura y la hermosura de tu pincel es...admirable !
ResponderEliminarGracias Maria.
Diego.