La flor del alma
Hola madre querida, hoy vine a verte
busqué en mil y un lugares
bonitas flores traerte,
un manto de oro ofrecerte...
Sólo estas rosas frescas encontré,
y Dios en su mágico aliento
me dijo en sueños, atento
aquellas palabras que hallé
en lo más hondo del alma mía,
que las flores más bellas habitan
allí donde el alma reside,
allí donde el corazón mismo pide
lo que latires a gritos palpitan.
Madre, un viento suave me dijo
que la luz del amor me lleva
a ese lugar donde tu hijo,
encontró el decir que eleva
en esta carta que mi ser contiene,
vuela la llama que cegando viene
a la oscuridad que el valor se lleva.
La flor del alma, madre, quiso contarme
plena en su luz, tan hermosa
brillo y majestad de una rosa
alas de Amor vino a darme.
Madre, que vendrá un regalo del cielo
un hijo llegará para honrarte
mientras en la noche clara rezarte
y susurrarte que te quiero.
Que el cielo de tanto amor se derrumba,
no puede,
intenta sostener el mundo en que habita
pretende
tener el mismo calor que palpita
en tu pecho, santa madre.
Cuando el hijo, será padre
y viene a tu vera, bendita
en la orilla del sagrado sendero
buscando en tu abrazo, madre
y decirte que te quiero,
que el tiempo vale más que el dinero
y esos momentos que no te hablé,
cuando no te dijé qué soñé
aún llora mi alma de pena por ello,
sentirme tan preso del destello
que era tu mirar, madre amada
tu sonrisa estrella soñada
que hacía olvidar el sufrimiento.
Que es tan cierto lo que siento
madre bendita, madre amada
ángel de Dios reverenciada
una carta sin bellas flores,
por ti no es nada.
Rosas del alma nacen por ti
semillas traje que una niña me dio
ojos bellos que iluminaron mi ser
y luna clara en plenitud lo vio,
el cómo irradia la fuerza del querer
un amor tan grande todo lo puede.
Madre, aquí junto a ti siempre quede
una carta, unas rosas de bello color
flores del alma que el sol te ofrece
y contigo esté siempre todo mi amor.
Autor:
Guardián del Alma
Derechos reservados
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